El último ejercicio ha puesto de manifiesto la caída de las inversiones inmobiliarias no residenciales en nuestro país. Con respecto a 2017 (12.100 millones de €), las cifras alcanzaron un 7% menos (11.520 millones de €) en volumen de inversión acumulada en estos activos. Si comparamos con 2016 (11.134 millones de €), entonces se observa un aumento del 1%. El mercado continúa dominado por los capitales privados, las SOCIMI, empresas nacionales e internacionales, family offices locales y fondos de inversión nacionales y extranjeros.
El retail, a la cabeza
El retail acaparó el 33% de las inversiones (3.712,5 millones de €), seguido de oficinas con el 30% (3.375 millones de €). El segmento hotelero completa el pódium con un 23% (2.587,5 millones de €) y el logístico cuenta con el 14% restante, lo que supone 1.575 millones de €.
Análisis trimestral
Si atendemos al último trimestre del año, observamos que interanualmente existe un crecimiento del 10%, registrándose inversiones por un total de 2.750 millones de €. Sin embargo, al atender al análisis intertrimestral, el último trimestre del ejercicio registró una caída del 27,6% ya que los meses julio-agosto-septiembre registraron 3.800 millones de € en inversiones inmobiliarias no residenciales.
En el último trimestre del año, de nuevo el sector del retail se posiciona en primer lugar con una cuota del 32% (880 millones de €), seguido de oficinas con un 29% (797,5 millones de €), hoteles con un 27% (742,5 millones de €) y en último lugar el logístico con un 12%, lo que supone 330 millones de €.
El año de la estabilización
Gerard Marcet, socio fundador de Laborde Marcet, apunta que tras un 2017 de récord, 2018 ha sido un año de estabilización en el mercado inmobiliario español: «El 2018 ha sido un año de estabilización en el sector inmobiliario español. Tras un 2017 en el que se batieron récords en el volumen de inversiones inmobiliarias, era muy importante que el mercado siguiera registrando un comportamiento de equilibrio entre oferta y demanda con unos precios acordes a la capacidad financiera de los inversores y la calidad y características de los activos».